Un Instante...

Era tarde.
Muy tarde, hasta el silencio había caído rendido ante la inminente seducción del tentador sueño, sueño que dictatorial y poderoso juega con cada ser, transportándolo a su elección a ese utópico mundo donde las más hermosas realidades se extravían de lo real y se pierden entre fantasías y lo macabro de lo que no será.
Un resplandor despierta al silencio, es el susurro de una lágrima sucumbiendo en el suelo, ¿de donde proviene? ¿Quién la a dejado morir en tal forma?.

Estaba oscuro.
Muy Oscuro, sólo dejaba divisar esa fatal oscuridad el fulgor de esa mirada empapada en olvido, ¿olvido?, Olvido, doloroso y lento, como todo intento fallido de acecinar sentimientos o recuerdos, ¿Doloroso?, Dolor, lo que siente el alma cuando ya no tiene un sueño que perseguir o un ser a quien proteger. ¿Entonces?, el olvidar, el dolor, y los sueños… ¿Cómo?, ¿Es Doloroso olvidar los Sueños?…

Hacía frío.
Mucho frío, congelando indiscriminadamente todo aquello que produzca o propague calor, apagando violentamente todo corazón que no este protegido con aquella coraza que envuelve todo sentimiento real y puro, esa armadura que sólo es digna de ese amor recíproco, ese amor que entrega, sacrifica, soporta, espera, entiende, …, (…). ¿Ese Amor?, ¿Cuál amor..?, ¡¡Ése!!... ¿Existe?. Entonces… ¿Todo se apagará?.

Había Tristeza.
Tanta Tristeza, inundando el corazón, rebasando el alma, sobrecogiendo el espíritu, ahogando toda lágrima y amargándola a tal punto que al salir emergente de los acongojados ojos, se convierte en ácido que deshace a todo aquel que la ve salir y morir estrellada contra el piso o resbalar por la cara o cuerpo del productor. ¿Ácido?, ¿Deshace todo…?, Entonces… ¿Puedes deshacerte en Tristeza y Dolor?.

Sentía Amor.
Tanto Amor, ese amor que se resigna a morir y lucha fervientemente por sobrevivir aferrándose al más mínimo recuerdo para así poder seguir viviendo. Ese Amor que mata o engrandece, que por más daño que reciba solo logra tener cada día un poco más cerca ese sentimiento que ahoga, inunda, rebasa, sobrecoge, congela, empapa y sueña. ¿Amor… Sentimiento que engrandece o mata?, ¿Cómo mata si engrandece?, ¿Cómo engrandece si mata?. Entonces… Engrandece matando la vida de aquel que a pecado por sentir y soñar, por querer entregar y proteger. ¿Es válido?, ¿Es justo?.

Estaba sola.
Tan sola, desligando cada parte de su ser, descuartizando su cuerpo, separando su cabeza de su corazón, desolando poco a poco y uno a uno sus sentidos, haciendo que la soledad abarque de una manera superlativa cada uno de sus recuerdos. La soledad erosiona, carcome lentamente el ser, y gasta así el sentimiento y la vida; Amarga y castiga, transportándonos a ese tribunal donde somos jurados, abogados y jueces, donde salimos obviamente culpables y nos convertimos en verdugos crueles y sádicos, torturándonos descarnadamente con recuerdo e imágenes, sentimientos y emociones, esas que más nos llegan y duelen… Sí, esas… ¿Ya sabes de cuales hablo cierto?...



… Entonces …

... En esa tarde, bañada por una profunda, fría y triste oscuridad, no dejaba de pensar en el porqué estaba ahí, confinada a estar así, sola, totalmente sola.